martes, 7 de julio de 2015

EL ESCOTE: NUESTRO GRAN OLVIDADO.
CÓMO LUCIR UN ESCOTE PERFECTO

El escote y el cuello son zonas que pueden reflejar el envejecimiento y contrastar con el aspecto de la cara. Además, en el escote se suman dos factores: 1) puede presentar arrugas de forma precoz por la costumbre de dormir en posición lateral y 2) suele ser el gran olvidado a la hora de protegernos del sol, por lo que suele mostrar manchas y telangiectasias (vasos dilatados). Además, la piel tanto del cuello como del escote, es muy fina, con una vascularización especial y precisa un conocimiento adecuado de su anatomía. Son zonas donde pueden aparecer múltiples afecciones dermatológicas, como la erupción lumínica polimorfa, la dermatitis alérgica de contacto, las queratosis actínicas y multitud de tumores cutáneos, por lo que una adecuada valoración profesional por parte de un dermatólogo es fundamental para elegir el tratamiento más adecuado en cada caso y tratar las dermatosis de base, en caso de que existieran.
Para cuidar correctamente estas zonas debemos, en primer lugar, hidratarlas y protegerlas correctamente del sol, con un factor de protección adecuado y una cobertura amplia contra UVB, UVA e infrarrojos. Además, dependiendo del tipo de piel y lesiones a tratar, podría ser necesario añadir cremas con sustancias vasoprotectoras, como el rusco, o cremas especificas formuladas con sustancias despigmentantes a base de hidroquinona o ácido kójico.
Como tratamientos complementarios para estas zonas, que nos ayuden a recuperar un aspecto saludable y más joven se pueden utilizar:


-     Peeling químicos médicos: tratamientos muy útiles tanto para el tratamiento de arrugas finas como para manchas. Dentro de los peeling, según tipo de piel y problema a tratar, podremos elegir peelings superficiales (alfa hidroxiácidos, salicílico, glicólico, láctico, pirúvico, mandélico), medio (tricloroacético) o profundos (tricloroacético o fenol). La realización de un peeling es una técnica que precisa por parte del profesional de experiencia y de un adecuado conocimiento de los ácidos que se utilizan, ya que si no se utilizan correctamente pueden provocar quemaduras o marcas, dado que se está aplicando un ácido sobre la piel. Existen comercialmente cremas o ampollas con efecto peeling, seguras, con efecto más suave, que se suelen utilizar como preparatorias para un peeling médico.
-       Microagujas o microneedling: técnica que consiste en la penetración de pequeñas agujas a nivel de la piel, que miden entre 0,5 y 3mm (dependiendo de la zona a tratar), logrando dos objetivos: crear pequeños canales para que penetren los principios activos que nos interesen (ácido hialurónico, vitamina C...) con efecto antiarrugas, iluminador y tensor y, por otro lado, estimular la formación de colágeno y elastina que de forma natural se encuentran en nuestra piel, ayudando a recuperar elasticidad y firmeza. Muy útil para el cuello y escote, dado que lo podemos tratar en toda su extensión, con muy pocas molestias.
-     Ácido hialurónico: infiltraciones para combatir arrugas en las zonas del escote y cuello. Para estas áreas se utiliza un ácido hialurónico de bajo peso molecular y baja reticulación, a modo de mesoterapia, dejando pequeños depósitos que ayudarán al relleno de arrugas y a estimular el colágeno de la piel. Es un tratamiento más localizado, pero es muy útil en el caso de un escote con arrugas profundas.
-     Plasma rico en plaquetas: tratamiento que consiste en a partir de una extracción de sangre del paciente, obtener factores de crecimiento, útiles para infiltrar en el área del escote y cuello y de esta forma estimular el colágeno, los fibroblastos y las fibras elásticas de nuestra piel, recuperando elasticidad y luminosidad.
-   Terapia fotodinámica: aplicación de luz roja junto a una crema especial, que es útil para el tratamiento de pacientes cuyo escote presente un importante fotoenvejecimiento, con queratosis actínicas y léntigos solares, consiguiendo un importante rejuvenecimiento de la zona.

Dada la complejidad de la zona y la gran variedad de técnicas existentes para su tratamiento, siempre debe ser valorada por un médico especialista par determinar cuál sería la opción más adecuada para cada caso.

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