Durante el verano debemos proteger y cuidar nuestra piel, pero no debemos olvidar nuestro cabello.
- Es importante proteger el cuero cabelludo de la radiación ultravioleta, utilizando gorras, pamelas o pañuelos y fotoprotectores específicos para este área (en loción, espuma, spray o fluidos). Si no se realiza correctamente, no sólo existe el riesgo de aparición de quemaduras y lesiones malignas en la piel del cuero cabelludo, sino también de una caída de cabello llamativa entre dos y tres meses después de una exposición solar, lo que se denomina efluvio telogénico, que puede empeorar problemas de caída de cabello preexistentes (como la alopecia androgenética).
- Debemos utilizar champús suaves e hidratantes.
- Evitar peinar el pelo mojado y usar peines de púas anchas.
- No abusar de secador ni plancha, aprovechar para dejar que el pelo se seque al aire.
- Después de cada baño en la playa o la piscina, debemos lavarnos el pelo para eliminar los residuos de sal, arena y cloro.
- Seguir una alimentación sana y equilibrada, rica en fruta y verduras (antioxidantes y betacarotenos) que ayudan en la fotoprotección y el mantenimiento del cabello.
- Si se precisa se pueden añadir complementos vitamínicos específicos para el cabello o fotoprotectores orales, especialmente indicados para personas que hayan tenido lesiones cutáneas malignas o premalignas.
- Si se está en tratamiento con hierro, no se olvide tomarlo.
- Evitar decoloraciones y los tintes agresivos (mejor sin amoniaco y solo en raíces).
- Se pueden utilizar mascarillas, espumas y sprays para hidratar el cabello como medidas adicionales.
Cualquier duda, consulte con su Dermatólogo, que es el médico especialista encargado del cuidado de la piel, uñas y cabello.

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