lunes, 2 de noviembre de 2015

LA DIABETES, TAMBIÉN EN NUESTRA PIEL

Las  manifestaciones cutáneas de la diabetes  se dividen en aquellas que son características de esta patología y en dermatosis asociadas a la misma. Algunas de ellas tienen una importancia meramente cosmética, pero otras precisan de evaluación y tratamiento dermatológico.
Dentro de las lesiones cutáneas características de pacientes con diabetes encontramos:

  • La acantosis nigricans: son manchas oscuras y de aspecto aterciopelado en cuello, nuca y axilas. Pueden ser el signo de alarma para diagnosticar una diabetes.  Se pueden tratar con cremas específicas con ácido retinoico y  sustancias despigmentantes.
  • La bullosis diabeticorum: son ampollas y bolsas de agua que aparecen de forma brusca en las piernas o brazos. Aparecen en personas con mal control de su diabetes, por lo cual, la base del tratamiento es lograr un control óptimo de ésta y curas locales con antibióticos.
  • La dermopatia diabética: aparición de manchas oscuras en las piernas, a la altura de la espinilla. Es la manifestación cutánea más frecuente. Para su tratamiento es fundamental el correcto control de la glucemia y cremas emolientes a base de urea.
  • El engrosamiento de la piel: suele afectar a las manos, pero también puede ser generalizada. Es mayor cuanto mayor tiempo y peor control de la enfermedad haya. La piel aparece brillante, granulosa o áspera y difícil de pellizcar. Para su mejoría es fundamental la correcta hidratación y el uso de productos específicos con ácido láctico o urea si se precisa.
  • La necrobiosis lipoidica: también aparecen en las piernas y se tratan de manchas rojizas, con centro amarillento y con piel atrófica (lo que se denomina aspecto de “papel de fumar”). El tratamiento de la necrobiosis lipoídica varía según paciente y respuesta, se pueden utilizar corticoides tópicos o infiltrados y cremas a base de aceite de rosa mosqueta.
  • El escleredema diabeticorum (de Buschke): zonas de piel indurada con aspecto de piel de naranja, localizada en cuello, zona alta de espalda y hombros. La piel engrosada podría producir limitación de la movilidad articular cuando se localiza en las manos.
  • Las uñas amarillas. No son específicas de esta enfermedad, dado que se pueden observar en muchas enfermedades (hepáticas, pulmonares…) pero las uñas son un signo guía que nos ayuda a sospechar que existe algún problema en nuestro organismo, por lo que es importante acudir al médico con la uñas sin pintar y evitar el uso prolongado de uñas postizas o pinturas permanentes.

Las patologías de la piel que se pueden asociar con la diabetes o que pueden empeorar si existe un mal control de la misma son:

  •  Infecciones cutáenas bacterianas o micóticas.
  • El granuloma anular: lesiones redondeadas, con borde más rojo y elevado. Puede ser único o múltiple. El tratamiento variará según paciente y evolución.
  • El liquen plano: lesiones violáceas que aparecen principalmente en muñecas y tobillos, pero que pueden diseminarse. Su tratamiento fundamentalmente es con corticoides tópicos u orales y con antihistamínicos.
  • Los xantomas eruptivos: lesiones amarillentas, múltiples y de aparición súbita. Aparecen generalmente en superficies extensoras y glúteos. Se asocian a hiperlipidemia, hiperglucemia y glucosuria. Tienden a desaparecer cuando los niveles se normalizan.
  • Colagenosis perforante: lesiones localizadas principalmente en piernas, queratósicas, muy pruriginosas. Tratamiento a base de corticoides y queratolíticos tópicos junto con antihistamínicos orales.
  • El psoriasis: en los últimos años se ha observado una relación entre el psoriasis y el síndrome metabólico, de forma que los pacientes con psoriasis tienen más riesgo de padecer psoriasis y los pacientes con psoriasis pueden ver empeorada la clínica por el mal control de la glucemia.

viernes, 28 de agosto de 2015

PERO...¿QUÉ CHAMPÚ ELIJO?


La elección del champú para lavar el cabello depende de varios factores. El uso de champú es necesario (la moda no-poo o no usar champú puede llevar a padecer infecciones en el cuero cabelludo), ya que se precisa eliminar el exceso de grasa, sudor, células muertas y elementos ambientales (tierra, polvo…), además según los componentes del champú puede mejorar el aspecto cosmético del cabello. Un buen champú puede dar brillo y manejabilidad al cabello, mientras uno muy detergente puede dejarlo muy áspero y apagado al eliminar la cutícula exterior del cabello.



En primer lugar, Si se padece de algún tipo de alteración en la piel del cuero cabelludo, como la dermatitis seborreica o el psoriasis, se debe acudir al Dermatólogo, ya que se precisan champús más específicos, con sustancias tipo ciclopiroxolamina, azufre o corticoesteroides tópicos, de prescripción médica.

Si no se padece de ningún problema, la elección del champú podemos basarla en sus características:

  • Champús para cabello normal: su detergente principal es aniónico (larilsulfato). Son para limpieza en profundidad y son ideales para personas con cabello sin tratamientos químicos y grasa moderada. El acondicionamiento es mínimo. Hacen mucha espuma y se aclaran con facilidad, pero precisan un detergente secundario más suave y, muchas veces, un acondicionador.
  • Champús para cabello seco: tienen detergentes anfóteros y/o catiónicos. Para cabellos tratados químicamente o con poco grasa, proporcionan una limpieza suave y buen acondicionamiento. Suelen añadir proteínas animales hidrolizadas.
  • Champús para cabello graso: detergente principal aniónico. Excelente limpieza pero acondicionamiento mínimo. Para adolescentes con cabello muy graso o cabello muy sucio.
  • Cabello fino, delicado y bebés: detergente principal anfotérico (ej. cocamidopropil o lauril amino propionato). Ideal para bebés, personas con poca grasa y lavado frecuente. No irritan los ojos.
  • Champús acondicionadores (2 en 1): los detergentes son anfotéricos y aniónicos del tipo sulfosuccionato. Tiene añadido dimeticona o proteína animal hidrolizada que crean una película sobre el tallo del cabello que lo recubre, aumentando manejabilidad y brillo.
  • Champús para cabello muy rizado: Contienen detergentes suaves y acondicionadores fuertes como el aceite de germen de trigo, proteína animal hidrolizada de estearalconio o derivados de lanolina. Están diseñados para un uso semanal.
  • Champús anticaspa (o medicados): son champús que contienen alquitrán de hulla, ácido salicílico, sulfuro de selenio o piritionato de zinc. Su función es eliminar la grasa, escamas, bacterias y elementos fúngicos. Ante estos problemas, es mejor siempre antes de utilizar este tipo de champús acudir al dermatólogo para una valoración correcta del problema de base.

Los champús, por sí mismos, no tienen función anticaída. Echampú del caballo, es un ejemplo, es rico en botina, vitamina del grupo B, que no se absorbe por vía tópica (sólo por vía oral), por lo que dicho champú no tiene eficacia sobre la caída. Lo único que se logra con el mismo es lavar el cabello, al igual que con el resto de champús convencionales, por lo que es un champú que puede gustar más o menos, pero no mejora la caída. 

SI TIENES DUDAS SOBRE EL CABELLO PREGUNTA A TU DERMATÓLOGO

jueves, 23 de julio de 2015

¿SUDORACIÓN EXCESIVA? CONSULTA CON TU DERMATÓLOGO

Estamos en verano y esta es la peor época del año para las persona que padecen hiperhidrosis (sudación excesiva). La hiperhidrosis puede afectar a axilas, manos, pies, cabeza o ser generalizada. Esto genera problemas de diferente índole: no poder utilizar camisas de colores claros, no poder sujetar correctamente objetos o que al usar calzado abierto éste se resbale. Sin embargo, no existe ninguna razón para seguir sufriendo este problema dado que existen múltiples opciones terapéuticas.
En primer lugar, se debe realizar una  correcta historia clínica y valorar si se trata de una hiperhidrosis primaria o secundaria, para ello utilizaremos además de la anamnesis, pruebas analíticas. Es por ello, que precisa un abordaje médico, por un profesional con experiencia en este campo.
Una vez descartada alguna patología de base que pueda explicar dicho problema. Se puede proceder a su tratamiento.



Existen diferentes opciones:

  1. Tratamientos tópicos. El primer escalón terapéutico. Dentro de este grupo se incluyen diferentes sustancias, como las sales de aluminio, que pueden utilizarse en diferente presentación (spray, espuma, toallitas...) según la zona a tratar y el principio activo.
  2. Tratamiento oral. Incluyen fármacos anticolinérgicos, sedantes o tranquilizantes. Pueden provocar boca seca, retención de orina, visión borrosa o somnolencia. Se utilizan en casos en los que el paciente tenga una hiperhidrosis generalizada.
  3. Tratamiento intralesional (infiltrado). tratamiento muy seguro, ampliamente utilizado, cuyo efecto dura entre 6 y 9 meses. Su acción se basa en el bloqueo selectivo el la acción de la acetilcolina de las glándulas sudoríparas, con la consiguiente reducción de su actividad. Es muy efectivo para el tratamiento de la hiperhidrosis axilar y muy poco doloroso. 
  4. Tratamiento quirúrgico. última opción terapéutica, se utiliza cuando el resto de opciones han fracasado o no proceden. Se denomina simpatectomía y consiste en a través de una incisión a nivel del tórax seccionar o comprimir mediante clips la cadena nerviosa simpática torácica. Es una cirugía que conlleva ingreso y anestesia general. Además existe riesgo de presentar hiperhidrosis compensatoria con el tiempo, el paciente no sudaría manos, axilas ni pies, pero comenzaría a sudar espalda o muslos.

lunes, 13 de julio de 2015

DIEZ CONSEJOS PARA EL CUIDADO DEL CABELLO EN VERANO

Durante el verano debemos proteger y cuidar nuestra piel, pero no debemos olvidar nuestro cabello.

  1. Es importante proteger el cuero cabelludo de la radiación ultravioleta, utilizando gorras, pamelas o pañuelos y fotoprotectores específicos para este área (en loción, espuma, spray o fluidos). Si no se realiza correctamente, no sólo existe el riesgo de aparición de quemaduras y lesiones malignas en la piel del cuero cabelludo, sino también de una caída de cabello llamativa entre dos y tres meses después de una exposición solar, lo que se denomina efluvio telogénico, que puede empeorar problemas de caída de cabello preexistentes (como la alopecia androgenética).
  2. Debemos utilizar champús suaves e hidratantes. 
  3. Evitar peinar el pelo mojado y usar peines de púas anchas. 
  4. No abusar de secador ni plancha, aprovechar para dejar que el pelo se seque al aire. 
  5. Después de cada baño en la playa o la piscina, debemos lavarnos el pelo para eliminar los residuos de sal, arena y cloro.
  6. Seguir una alimentación sana y equilibrada, rica en fruta y verduras (antioxidantes y betacarotenos) que ayudan en la fotoprotección y el mantenimiento del cabello. 
  7. Si se precisa se pueden añadir complementos vitamínicos específicos para el cabello o fotoprotectores orales, especialmente indicados para personas que hayan tenido lesiones cutáneas malignas o premalignas.
  8. Si se está en tratamiento con hierro, no se olvide tomarlo. 
  9. Evitar decoloraciones y los tintes agresivos (mejor sin amoniaco y solo en raíces).
  10. Se pueden utilizar mascarillas, espumas y sprays para hidratar el cabello como medidas adicionales.
Cualquier duda, consulte con su Dermatólogo, que es el médico especialista encargado del cuidado de la piel, uñas y cabello.

martes, 7 de julio de 2015

EL ESCOTE: NUESTRO GRAN OLVIDADO.
CÓMO LUCIR UN ESCOTE PERFECTO

El escote y el cuello son zonas que pueden reflejar el envejecimiento y contrastar con el aspecto de la cara. Además, en el escote se suman dos factores: 1) puede presentar arrugas de forma precoz por la costumbre de dormir en posición lateral y 2) suele ser el gran olvidado a la hora de protegernos del sol, por lo que suele mostrar manchas y telangiectasias (vasos dilatados). Además, la piel tanto del cuello como del escote, es muy fina, con una vascularización especial y precisa un conocimiento adecuado de su anatomía. Son zonas donde pueden aparecer múltiples afecciones dermatológicas, como la erupción lumínica polimorfa, la dermatitis alérgica de contacto, las queratosis actínicas y multitud de tumores cutáneos, por lo que una adecuada valoración profesional por parte de un dermatólogo es fundamental para elegir el tratamiento más adecuado en cada caso y tratar las dermatosis de base, en caso de que existieran.
Para cuidar correctamente estas zonas debemos, en primer lugar, hidratarlas y protegerlas correctamente del sol, con un factor de protección adecuado y una cobertura amplia contra UVB, UVA e infrarrojos. Además, dependiendo del tipo de piel y lesiones a tratar, podría ser necesario añadir cremas con sustancias vasoprotectoras, como el rusco, o cremas especificas formuladas con sustancias despigmentantes a base de hidroquinona o ácido kójico.
Como tratamientos complementarios para estas zonas, que nos ayuden a recuperar un aspecto saludable y más joven se pueden utilizar:


-     Peeling químicos médicos: tratamientos muy útiles tanto para el tratamiento de arrugas finas como para manchas. Dentro de los peeling, según tipo de piel y problema a tratar, podremos elegir peelings superficiales (alfa hidroxiácidos, salicílico, glicólico, láctico, pirúvico, mandélico), medio (tricloroacético) o profundos (tricloroacético o fenol). La realización de un peeling es una técnica que precisa por parte del profesional de experiencia y de un adecuado conocimiento de los ácidos que se utilizan, ya que si no se utilizan correctamente pueden provocar quemaduras o marcas, dado que se está aplicando un ácido sobre la piel. Existen comercialmente cremas o ampollas con efecto peeling, seguras, con efecto más suave, que se suelen utilizar como preparatorias para un peeling médico.
-       Microagujas o microneedling: técnica que consiste en la penetración de pequeñas agujas a nivel de la piel, que miden entre 0,5 y 3mm (dependiendo de la zona a tratar), logrando dos objetivos: crear pequeños canales para que penetren los principios activos que nos interesen (ácido hialurónico, vitamina C...) con efecto antiarrugas, iluminador y tensor y, por otro lado, estimular la formación de colágeno y elastina que de forma natural se encuentran en nuestra piel, ayudando a recuperar elasticidad y firmeza. Muy útil para el cuello y escote, dado que lo podemos tratar en toda su extensión, con muy pocas molestias.
-     Ácido hialurónico: infiltraciones para combatir arrugas en las zonas del escote y cuello. Para estas áreas se utiliza un ácido hialurónico de bajo peso molecular y baja reticulación, a modo de mesoterapia, dejando pequeños depósitos que ayudarán al relleno de arrugas y a estimular el colágeno de la piel. Es un tratamiento más localizado, pero es muy útil en el caso de un escote con arrugas profundas.
-     Plasma rico en plaquetas: tratamiento que consiste en a partir de una extracción de sangre del paciente, obtener factores de crecimiento, útiles para infiltrar en el área del escote y cuello y de esta forma estimular el colágeno, los fibroblastos y las fibras elásticas de nuestra piel, recuperando elasticidad y luminosidad.
-   Terapia fotodinámica: aplicación de luz roja junto a una crema especial, que es útil para el tratamiento de pacientes cuyo escote presente un importante fotoenvejecimiento, con queratosis actínicas y léntigos solares, consiguiendo un importante rejuvenecimiento de la zona.

Dada la complejidad de la zona y la gran variedad de técnicas existentes para su tratamiento, siempre debe ser valorada por un médico especialista par determinar cuál sería la opción más adecuada para cada caso.