jueves, 24 de marzo de 2016

CRIOESCLEROSIS PARA VARICES (ARAÑAS VASCULARES)

Las varices son un problema muy común en nuestra sociedad, que afecta a un alto porcentaje de mujeres.
Las principales causas predisponentes son el sedentarismo, el sobrepeso, el uso de ropa o calzado ajustados, la realización de trabajos que obliguen a permanecer de pie o sentado durante largos periodos de tiempo, los factores hereditarios, el embarazo y el uso de anticonceptivos.
Existen diferentes tipos de varices: grado I (mínimas dilataciones del sistema venoso superficial, que se limitan a la piel), grado II (varices más visibles, dilatadas y tortuosas), grado III (varices muy gruesas que se acompañan de cambios de coloración de la piel) y IV (similares al grado III pero asociadas a la aparición de complicaciones, como úlceras o tromboflebitis).
Para el abordaje de las varices grado I (telangiectasias o arañas vasculares y varículas), que constituyen un problema estético, existe una técnica novedosa denominada crioesclerosis. Dicho tratamiento consiste en inyectar en el interior de las mismas una sustancia especial, denominada esclerosante, a muy baja temperatura. Es una técnica con muchas ventajas frente a la escleroterapia convencional (líquida o en espuma), dado que une la acción química del esclerosante con la acción física del frío, aumentando su eficacia y, además, reduciendo efectos indeseables. Es importante antes de realizar el tratamiento realizar una correcta evaluación médica.




Es un tratamiento muy seguro que cuenta con numerosas ventajas:
  • Se puede realizar en cualquier época del año, incluso en verano.
  •  Los resultados son evidentes desde la primera sesión. Sin embargo, suele precisar varias sesiones. Por ello es imprescindible una correcta evaluación.
  • Es una técnica rápida y muy segura.
  • No deja manchas a diferencia de otras técnicas.
  • Es muy tolerable. Se siente un ligero escozor o picor.
  •  Se puede combinar con otras técnicas si es necesario (escleroterapia clásica o láser)

Los cuidados después del tratamiento son sencillos, simplemente hidratar, caminar y usar alguna crema con vitamina K. No es necesario guardar reposo ni dejar de trabajar. Aparecerán pequeñas ronchas y rojez en las zonas de inyección que desaparecerán sin necesidad de tratamiento en 1-2 días, podrá aparecer algún pequeño hematoma, la vena se oscurecerá,  y posteriormente irá desapareciendo. Es muy importante que el paciente acuda a las revisiones pautadas por su médico para valorar la evolución. El uso de medias de compresión moderada puede ayudar a evitar la formación de nuevas varículas, junto al control del peso y el control del resto de factores desencadenantes.

domingo, 24 de enero de 2016

MANCHAS EN LA PIEL: SIEMPRE CON EL DERMATÓLOGO

Las "manchas en la piel" abarcan un espectro amplio de lesiones cutáneas, desde una simple peca (efélide) hasta un melanoma. Lo que se conoce como mancha solar no es en absoluto tan simple ni banal. A veces, estas lesiones representan un riesgo para nuestra salud y tratarlas de forma inadecuada por un profesional que no sea un dermatólogo conlleva un riesgo innecesario. 
Es por ello que toda mancha en la piel precisa de una valoración clínica y dermatoscópica adecuada por un dermatólogo (en web de la Academia Española de Dermatología puede encontrar a los dermatólogos y sus consultas por provincias. http://aedv.es/buscador-de-clinicas-y-dermatologos/ ). El Dermatólogo es el médico especializado en las lesiones cutáneas, el pelo, las uñas, las mucosas y las enfermedades de transmisión sexual. Es el dermatólogo el que debe valorar estas lesiones e indicar el procedimiento más conveniente para su tratamiento.


En nuestro medio la incidencia de melanoma ha aumentado de forma muy alarmante, triplicándose en Canarias en los últimos años y, de la misma forma han aumentado el resto de lesiones que se engloban dentro del cáncer de piel no melanoma (entre ellos, destacan por su frecuencia, el carcinoma basocelular). Estos cuadros precisan un tratamiento quirúrgico adecuado. Además, existen una serie de lesiones premalignas que también hay que tener en cuenta y tratar correctamente para evitar que progresen, como las queratosis actínicas, que parecen costras o manchas en la piel.
La razón de este post es que no sólo hay que diferenciar un nevus o léntigo (y todas sus variantes: nevus de spilus, azul, congénito, halo nevus...) de un nevus atípico y de un melanoma. Sino, además, se deben diferenciar las lesiones benignas (queratosis seborreica, fibromas blandos, dermatofibromas...) de queratosis actínicas, basocelulares pigmentados y carcinomas epidermoides (lesiones malignas y premalignas). Esta labor, de suma importancia y complejidad, es competencia del dermatólogo.

TUS "MANCHAS" CONSÚLTALAS  SIEMPRE CON TU DERMATÓLOGO
el médico especialista en tu piel

sábado, 9 de enero de 2016

CRECIMIENTO DE PESTAÑAS Y CEJAS

Hoy día muchos pacientes me preguntan, como Dermatóloga, por productos para el aumento del tamaño y grosor de pestañas y cejas. Para  tener un buen resultado la elección de un producto u otro dependerá de diferentes factores:
  • Dependerá del tipo de piel y de si se padece algún tipo de alergiadermatosis o problema oftalmológico. Es por ello que la elección de un cosmético, aunque se pueda adquirir sin receta médica, no es algo banal, especialmente en aquellas personas que padecen dermatitis seborreica, atópica, rosácea o dermatitis alérgica de contacto. Es muy recomendable que un dermatólogo examine la piel y nos recomiende qué tipo de cosmético es el más adecuado y si se precisa realizar alguna prueba complementaria, test de alergia o exploración con luz de wood. Todo ello, son pruebas específicas dermatológicas, de ámbito médico, que no se deben realizar en otro contexto dado que pueden ser distorsionadas o malinterpretadas. De hecho, en algunas ocasiones el simple cambio de cosmético mejora el problema cutáneo, esto es muy frecuente en la rosácea (dermatosis muy común en nuestro medio que cursa con rojeces, pústulas (granos blancos) y sensación de calor en la cara). 
  • Si se trata de una caída de pestañas o pérdida de densidad de cejas, se debe realizar una correcta valoración dermatológica que incluya exploración física del resto de áreas pilosas y estudios como la tricoscopia/tricograma que nos ayuden a identificar si se trata de algún tipo de alopecia que curse con pérdida de pelo de estas zonas. Existen diferentes tipos de alopecia que pueden afectar a las cejas y las pestañas, las más frecuentes son la alopecia areata y la alopecia frontal fibrosante. La alopecia frontal fibrosante es un tipo de caída de cabello que suele comenzar con una disminución de la densidad de las cejas y, años después afecta a la zona frontal, sienes y patillas, su causa exacta es desconocida pero se baraja que existe una doble etiología inmunológica y hormonal y, de hecho los tratamientos se dirigen hacia estas vías. Es importante consultar desde el inicio de pérdida del pelo de cejas, dado que si instauramos tratamiento el problema no avanzará e incluso se puede recuperar parte de lo perdido. La alopecia reata es un tipo de alopecia autoinmune, en el que las propias defensas atacan al folículo piloso. Es muy llamativa pero reversible con el tratamiento correcto. Por último, a veces, la pérdida de pelo en estas zonas se asocia con enfermedades sistémicas, como el hipotiroidismo o, en casos excepcionales, con algunos tumores. Es por todo ello, que se debe consultar siempre con un especialista, su dermatólogo. Tras un correcto diagnóstico existen múltiples tratamientos posibles, desde formulaciones magistrales hasta tratamientos orales, según la necesidad y el tipo de alopecia o patología.
  • Si lo que queremos conseguir es una mejoría cosmética sin que exista patología existen muchos productos en el mercado que poseen diferentes sustancias como: aminoácidos, vitaminas del grupoB, aceite de jojoba, ácido hialurónico, factores de crecimiento e incluso hay alguno que posee sustancias derivadas de las prostaglandinas, un medicamento utilizado para el tratamiento del glaucoma y que como efecto colateral ha demostrado aumentar la longitud y diámetro de las pestañas. Este último es un tratamiento utilizado por los dermatólogos desde hace más de 5 años en alopecia areata de pestañas y cejas, muy seguro, pero que puede provocar rojez, oscurecimiento de la piel en la zona de aplicación e irritación ocular, por lo que es recomendable un seguimiento dermatológico a pesar de ser un tratamiento cosmético. Además, según el tipo de piel e intolerancias será más recomendable un producto con unos u otros componentes.

Con todo ello, concluimos que para el tratamiento de cejas y pestañas, deberemos tener en cuenta el tipo de piel, la existencia de alergias, las patologías que padezca el paciente (cutáneas, sintéticas u oftalmológicas) y que puedan constituir una contraindicación o una posible causa de la caída, la medicación que tome y, si nos encontramos ante algún tipo de alopecia o ante una persona que lo que quiere es una mejoría cosmética. Por todo ello, se entiende que lo mejor es consultar con su Dermatólogo.

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lunes, 2 de noviembre de 2015

LA DIABETES, TAMBIÉN EN NUESTRA PIEL

Las  manifestaciones cutáneas de la diabetes  se dividen en aquellas que son características de esta patología y en dermatosis asociadas a la misma. Algunas de ellas tienen una importancia meramente cosmética, pero otras precisan de evaluación y tratamiento dermatológico.
Dentro de las lesiones cutáneas características de pacientes con diabetes encontramos:

  • La acantosis nigricans: son manchas oscuras y de aspecto aterciopelado en cuello, nuca y axilas. Pueden ser el signo de alarma para diagnosticar una diabetes.  Se pueden tratar con cremas específicas con ácido retinoico y  sustancias despigmentantes.
  • La bullosis diabeticorum: son ampollas y bolsas de agua que aparecen de forma brusca en las piernas o brazos. Aparecen en personas con mal control de su diabetes, por lo cual, la base del tratamiento es lograr un control óptimo de ésta y curas locales con antibióticos.
  • La dermopatia diabética: aparición de manchas oscuras en las piernas, a la altura de la espinilla. Es la manifestación cutánea más frecuente. Para su tratamiento es fundamental el correcto control de la glucemia y cremas emolientes a base de urea.
  • El engrosamiento de la piel: suele afectar a las manos, pero también puede ser generalizada. Es mayor cuanto mayor tiempo y peor control de la enfermedad haya. La piel aparece brillante, granulosa o áspera y difícil de pellizcar. Para su mejoría es fundamental la correcta hidratación y el uso de productos específicos con ácido láctico o urea si se precisa.
  • La necrobiosis lipoidica: también aparecen en las piernas y se tratan de manchas rojizas, con centro amarillento y con piel atrófica (lo que se denomina aspecto de “papel de fumar”). El tratamiento de la necrobiosis lipoídica varía según paciente y respuesta, se pueden utilizar corticoides tópicos o infiltrados y cremas a base de aceite de rosa mosqueta.
  • El escleredema diabeticorum (de Buschke): zonas de piel indurada con aspecto de piel de naranja, localizada en cuello, zona alta de espalda y hombros. La piel engrosada podría producir limitación de la movilidad articular cuando se localiza en las manos.
  • Las uñas amarillas. No son específicas de esta enfermedad, dado que se pueden observar en muchas enfermedades (hepáticas, pulmonares…) pero las uñas son un signo guía que nos ayuda a sospechar que existe algún problema en nuestro organismo, por lo que es importante acudir al médico con la uñas sin pintar y evitar el uso prolongado de uñas postizas o pinturas permanentes.

Las patologías de la piel que se pueden asociar con la diabetes o que pueden empeorar si existe un mal control de la misma son:

  •  Infecciones cutáenas bacterianas o micóticas.
  • El granuloma anular: lesiones redondeadas, con borde más rojo y elevado. Puede ser único o múltiple. El tratamiento variará según paciente y evolución.
  • El liquen plano: lesiones violáceas que aparecen principalmente en muñecas y tobillos, pero que pueden diseminarse. Su tratamiento fundamentalmente es con corticoides tópicos u orales y con antihistamínicos.
  • Los xantomas eruptivos: lesiones amarillentas, múltiples y de aparición súbita. Aparecen generalmente en superficies extensoras y glúteos. Se asocian a hiperlipidemia, hiperglucemia y glucosuria. Tienden a desaparecer cuando los niveles se normalizan.
  • Colagenosis perforante: lesiones localizadas principalmente en piernas, queratósicas, muy pruriginosas. Tratamiento a base de corticoides y queratolíticos tópicos junto con antihistamínicos orales.
  • El psoriasis: en los últimos años se ha observado una relación entre el psoriasis y el síndrome metabólico, de forma que los pacientes con psoriasis tienen más riesgo de padecer psoriasis y los pacientes con psoriasis pueden ver empeorada la clínica por el mal control de la glucemia.

viernes, 28 de agosto de 2015

PERO...¿QUÉ CHAMPÚ ELIJO?


La elección del champú para lavar el cabello depende de varios factores. El uso de champú es necesario (la moda no-poo o no usar champú puede llevar a padecer infecciones en el cuero cabelludo), ya que se precisa eliminar el exceso de grasa, sudor, células muertas y elementos ambientales (tierra, polvo…), además según los componentes del champú puede mejorar el aspecto cosmético del cabello. Un buen champú puede dar brillo y manejabilidad al cabello, mientras uno muy detergente puede dejarlo muy áspero y apagado al eliminar la cutícula exterior del cabello.



En primer lugar, Si se padece de algún tipo de alteración en la piel del cuero cabelludo, como la dermatitis seborreica o el psoriasis, se debe acudir al Dermatólogo, ya que se precisan champús más específicos, con sustancias tipo ciclopiroxolamina, azufre o corticoesteroides tópicos, de prescripción médica.

Si no se padece de ningún problema, la elección del champú podemos basarla en sus características:

  • Champús para cabello normal: su detergente principal es aniónico (larilsulfato). Son para limpieza en profundidad y son ideales para personas con cabello sin tratamientos químicos y grasa moderada. El acondicionamiento es mínimo. Hacen mucha espuma y se aclaran con facilidad, pero precisan un detergente secundario más suave y, muchas veces, un acondicionador.
  • Champús para cabello seco: tienen detergentes anfóteros y/o catiónicos. Para cabellos tratados químicamente o con poco grasa, proporcionan una limpieza suave y buen acondicionamiento. Suelen añadir proteínas animales hidrolizadas.
  • Champús para cabello graso: detergente principal aniónico. Excelente limpieza pero acondicionamiento mínimo. Para adolescentes con cabello muy graso o cabello muy sucio.
  • Cabello fino, delicado y bebés: detergente principal anfotérico (ej. cocamidopropil o lauril amino propionato). Ideal para bebés, personas con poca grasa y lavado frecuente. No irritan los ojos.
  • Champús acondicionadores (2 en 1): los detergentes son anfotéricos y aniónicos del tipo sulfosuccionato. Tiene añadido dimeticona o proteína animal hidrolizada que crean una película sobre el tallo del cabello que lo recubre, aumentando manejabilidad y brillo.
  • Champús para cabello muy rizado: Contienen detergentes suaves y acondicionadores fuertes como el aceite de germen de trigo, proteína animal hidrolizada de estearalconio o derivados de lanolina. Están diseñados para un uso semanal.
  • Champús anticaspa (o medicados): son champús que contienen alquitrán de hulla, ácido salicílico, sulfuro de selenio o piritionato de zinc. Su función es eliminar la grasa, escamas, bacterias y elementos fúngicos. Ante estos problemas, es mejor siempre antes de utilizar este tipo de champús acudir al dermatólogo para una valoración correcta del problema de base.

Los champús, por sí mismos, no tienen función anticaída. Echampú del caballo, es un ejemplo, es rico en botina, vitamina del grupo B, que no se absorbe por vía tópica (sólo por vía oral), por lo que dicho champú no tiene eficacia sobre la caída. Lo único que se logra con el mismo es lavar el cabello, al igual que con el resto de champús convencionales, por lo que es un champú que puede gustar más o menos, pero no mejora la caída. 

SI TIENES DUDAS SOBRE EL CABELLO PREGUNTA A TU DERMATÓLOGO